Thursday, July 5, 2007

TRES PIEZAS VAMPÍRICAS

Thursday, June 30, 2005


I.
DAR LA ESPALDA, cortometraje, México.
Entraría al cine aprisa, con el periódico sobre la cabeza y la respiración agitada. Afuera, el aguacero del verano. El mismo de siempre. El único. No me preguntaría sobre la película--su título, su autor, su tema--sino hasta que aparecieran en la pantalla los tacones altos sobre las baldosas. Close-up. El sonido, ése. Toc, toc. Toc, toc. Toc. Las poderosas pantorrillas. Toc. No me preguntaría nada, no tendría tiempo. La palabra estupor. La palabra reconocimiento. Justo antes de que surgiera la interrogante, se desarrollaría frente a mí la respuesta: La mujer que avanza como sobre dagas no ve hacia atrás. Camina: Entra a un bar de grandes espejos biselados: Saluda: Se contonea apenas al compás de la música electrónica: Observa su entorno--derecha, izquierda: Toma una larga copa de champán: Ríe: Platica--algo insulso, algo predecible: Eleva la copa: Guiña: Plática algo más--algo que se pierde entre los murmullos: Se despide. Afuera: el repiquetear de los zapatos femeninos. La velocidad.

Todo esto lo supondría.

Todo esto sería una conjetura porque el espectador, que sería yo, que únicamente, de esto me acabaría de dar cuenta en ese momento, sería yo en la sala vacía, nunca vería el rostro del personaje femenino. Ahí estaría la melena encendida de su cabello ondulado, la línea vertical del cuello, sus equidistantes hombros, la suave curvatura de la espalda, las nalgas, las piernas. Ahí estaría ella, toda ella, es cierto, pero de espalda. Se trataría de ese raro tipo de películas que, en lugar de (de)mostrar a su personaje, lo protegería de la visión ajena. De la visión mía. Me quedaría hundida en el asiento minutos después del fin del cortometraje, ciega en muchos sentidos y aspirando el olor a humedad vieja de los sillones. Entonces vendrían a mi mente las fotografías de Lorna Simpson y pensaría, como uno de sus críticos, que si el rostro es una noticia, la espalda es un poema en clave.


II.
LA VOZ POR LA BOCINA, Instalación, México.
La sala es blanca, blancas las paredes, los pisos, los techos.

Yo entraría ahí como quien se introduce en un sueño: sin saber cómo o por qué, encontrándome en el lugar de súbito, sin explicación. Toda entera.

En el centro de la sala hay un pupitre escolar. Sobre el pupitre, un teléfono. El teléfono está descolgado.

NO TOCAR

La bocina negra, pesada.
El cordón: una espiral no infinita.

La voz que sale de la bocina es tentativa, incrédula, meditabunda.
La voz dice:
¿Estás ahí? ¿Hace frío allá? ¿Hay sol? ¿Hay alguien? ¿Estás ahí?

Una y otra vez. Una y otra vez y nada más. Excepto por el batir de alas o de tela, excepto por ese ruido, sólo las preguntas básicas: “¿Estás ahí? ¿Hace frío allá? ¿Hay sol? ¿Hay alguien? ¿Estás ahí?”.

NO TOCAR


III
LA MUJER VAMPIRO CONTRA LOS HOMBRES SANTOS, historieta, México.

La encontraría en el puesto de la esquina de mi infancia, junto al Contraespía Ibáñez y Rarotonga. Se trataría de una revista de dimensiones normales y con los acostumbrados recuadros. No habría nada singular en la publicación, excepto que la heroína, la Mujer Vampiro del título, nunca aparecería en ella.

Habría, sobre todo o únicamente, huellas de su presencia. Pruebas irrevocables de que ella habría estado ahí: estigmatas en el cuerpo de lo real. Rasguños en la cara de Nadie. Graffiti. Señeras señas. Marcas. Inscripciones. Pero los Hombres Santos del título, vestidos ad hoc, nunca podrían dar con ella. Nunca podrían darle alcance.

Una trama fantasmática en el más puro estilo realista.

--crg

# posted by crg @ 9:39 AM

2 comments:

Roberto said...

Estimada Cristina:

Mi nombre es Roberto, mexicano, 30 años y estoy por publicar el año que entra mi primera novela. He tratado de buscar una ventana para contactarte y ojala esta sea la correcta. te cuento que el motor fundamental para el tema de mi novela fue cuando terminé "Nadie me verá llorar", a partir de ahí comencé a buscar aspectos sobre las personas que viven al interior de los psiquiátricos y salió mi primera novela ya aceptada por Rosa María Porrúa Ediciones. Sin embargo mi sueño por las razones antes expuestas es que me hicieras un prólogo aunque fuera de una hoja, no se como quieras que hagamos esto, te mando la novela en electrónico o ves muy dificil que me ayudes a esto. Me encantaría que fueras tú la que abriera el libro...!

Saludos, me encanta como escribes y ojala leas este comentario...

crg said...

híjole, roberto, tu mensaje tiene aquí tanto tiempo! de seguro esto no servirá de nada, pero la dirección donde recibo mensajes es: criveragarza@gmail.com